martes, 2 de julio de 2013

RECUPERAR EL DESEO SEXUAL

Llega a las farmacias el primer tratamiento que devuelve a las mujeres una vida sexual satisfactoria tras una menopausia quirúrgica.

La comparación con el Viagra es inevitable, pese a que los expertos intentan eludir este símil. Intrinsa –un parche femenino de testosterona– es el primer medicamento que mejora significativamente el deseo sexual en mujeres con menopausia quirúrgica (aquellas que han sufrido la extirpación de ambos ovarios junto con el útero). Para el dr. Santiago Palacios, director del Instituto Palacios de Salud y Medicina de la Mujer y presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), las diferencias con son evidentes: “Mientras que la famosa pastilla azul es un vasodilatador y su efecto en la erección es inmediato, Intrinsa es efectivo a los tres meses de iniciar el tratamiento, porque se trata de una hormona que actúa sobre los mecanismos mentales del deseo”.
De momento, la Agencia Europea del Medicamento sólo ha autorizado los denominados parches del deseo para “tratar a mujeres que, tras haberles extirpado el útero y los ovarios, no tienen pensamientos ni deseos sexuales, y ello les produce malestar”.

EL PAPEL DE LA TESTOSTERONA
En España, más de 600.000 mujeres, de entre 24 y 70 años, tienen menopausia quirúrgica al haber sido sometidas a una histerectomía con ovariectomía bilateral. Una de las consecuencias de este proceso quirúrgico es el drástico descenso de los niveles de testosterona –que se reducen hasta en un 50%– a los pocos días de la operación. “Los síntomas son los mismos que se presentan durante la menopausia (sofocos, insomnio, irritabilidad, dolores de cabeza, fatiga, tristeza, sequedad vaginal...) pero, debido a la drástica disminución hormonal, se dan de una manera más aguda e intensa”, afirma el dr. Palacios. Estos desajustes se tratan, en mayor o menor medida, con tratamientos basados en estrógenos.
Pero otra de las consecuencias no menos importante de esta operación es el desinterés sexual provocado por la caída en picado de la testosterona. Hasta la aprobación de Intrinsa, este trastorno no tenía solución y no hay que olvidar que la menopausia quirúrgica puede producirse a cualquier edad, incluso en mujeres jóvenes con una vida sexual plena.
• La falta de deseo se considera un trastorno si hay un cambio significativo en el comportamiento sexual. Por ejemplo, cuando disminuyen o desaparecen las fantasías, se evitan las relaciones y existe cierta incapacidad para disfrutar del sexo. La patología aparece cuando estas circunstancias afectan a la calidad de vida.

• Existen diferentes factores que contribuyen a sufrir un bajo deseo sexual.
Físicos: menopausia quirúrgica o natural; alteraciones endocrinas; trastornos cardiovasculares; enfermedades ginecológicas como la cistitis recurrente, la vaginitis, la vulvodinia, enfermedades de transmisión sexual, fibromas y endometriosis.
Médicos: medicamentos (antihipertensivos, antidepresivos).
Emocionales: por ejemplo, la depresión, la ansiedad, el estrés...
Relación: las discusiones y la falta de confianza.

• La disfunción sexual femenina (DSF) más frecuente es la disminución del deseo sexual que afecta a un 30% de las mujeres.
MUJERHOY.COM