¿Por qué algunos hombres se comportan como si no pudieran
comprometerse nunca a nada (y por supuesto menos a una relación),
mientras otros parecen no tener ningún problema en meterse en una
relación?
¿Por qué existen estos “eternos donjuanes”?
Y la pregunta del millón: ¿Puede una mujer hacer algo para cambiar a
un “donjuán”, convertirlo en un compañero fiel y atento que esté colado
por ella y que se sienta unido a ella?
Bueno, casualmente yo soy un hombre y me ocupo de este tema desde
hace tiempo. Por tanto hoy me gustaría explicarte un poco este fenómeno.
En primer lugar existe una ENORME diferencia entre el sentimiento de
“estar enamorado” de una mujer y el de QUERER realmente a una mujer.
Cualquier hombre está en situación de poder “enamorarse” de una mujer.
Este sentimiento normalmente a corto plazo y el sentir el tiempo con
una mujer como una delicia única, es al fin y al cabo solo el resultado
de un cóctel hormonal que se prepara en las venas de los hombres.
Simplemente se siente bien al tener a esta mujer para sí mismo, es
decir, estamos “enamorados”. Y no solo el sexo es el responsable de este
éxtasis hormonal y poco duradero.
Para QUERER realmente a una mujer, él necesita una cierta madurez
emocional. La verdad es que No cualquier hombre PUEDE amar a una mujer,
al menos no de la forma desinteresada por la que el amor y la relación
permanecen durante mucho tiempo. Ya lo sabes: “En los buenos y en los
malos momentos…”
El “estar enamorado” para los hombres significa solo un nivel mínimo
de obligación, mientras que el AMOR supone una gran responsabilidad que
trae consigo un riesgo, entre otros el riesgo de ser dañado.
Resumiendo: para un hombre “enamorarse” no es demasiado difícil,
mientras que el amor a largo plazo con toda su responsabilidad y
obligación emocional representa un verdadero problema.
Frustrante, ¿no?
No cabe duda, querida, detrás se esconde una lógica, que hoy me gustaría explicarte.
En el campo de las emociones, una de las diferencias más grandes entre un hombre y una mujer es la siguiente:
Para la mayoría de las mujeres depende de con quién se comprometen.
Si es el adecuado, las mujeres aman y se unen a este hombre
emocionalmente.
Para la mayoría de los hombres no es así. Para ellos depende el CUÁNDO. El MOMENTO es lo decisivo.
Me gustaría contarte una verdad básica y super interesante sobre el sexo masculino:
Diferentes psicólogos y sociólogos han descubierto que los hombres
consideran su vida según una sucesión de diversas etapas. El poder AMAR a
una mujer y el UNIRSE a ella depende exclusivamente de en qué etapa de
su vida se encuentre un hombre, y menos de QUIÉN sea esta mujer.
Hay exactamente cinco de estas etapas vitales de las que depende de si un hombre “es capaz” de enamorarse.
Etapa 1 – La lactancia y la infancia
En esta fase las obligaciones para con otras personas no juegan ningún papel. Él es totalmente dependiente de quien cuide de él.
En esta fase las obligaciones para con otras personas no juegan ningún papel. Él es totalmente dependiente de quien cuide de él.
Etapa 2 – Adolescencia y madurez
Independencia incipiente, libertad emocional y sexual, fase de “probar” las propias limitaciones. En esta fase los hombres se dejan llevar principalmente por sus necesidades y no se sienten unidos a nadie. Los hombres alaban la “libertad total”.
Independencia incipiente, libertad emocional y sexual, fase de “probar” las propias limitaciones. En esta fase los hombres se dejan llevar principalmente por sus necesidades y no se sienten unidos a nadie. Los hombres alaban la “libertad total”.
Etapa 3 – Comienzo de la vida laboral
Comienzo de la obligación hacia un trabajo y una evolución laboral. Limitaciones de la libertad personal por las restricciones en el mundo laboral.
Comienzo de la obligación hacia un trabajo y una evolución laboral. Limitaciones de la libertad personal por las restricciones en el mundo laboral.
Etapa 4 – Matrimonio e hijos
Fase de la obligación extrema (para los hombres) y la limitación personal. Unión a un trabajo “seguro” para poder atender a sus hijos y a su mujer.
Fase de la obligación extrema (para los hombres) y la limitación personal. Unión a un trabajo “seguro” para poder atender a sus hijos y a su mujer.
Etapa 5 – La jubilación
Limitación de la libertad personal por los primeros achaques físicos. A menudo intento de equilibrar las debilidades corporales y sexuales mediante el dinero y demostraciones del estatus.
Limitación de la libertad personal por los primeros achaques físicos. A menudo intento de equilibrar las debilidades corporales y sexuales mediante el dinero y demostraciones del estatus.
Se puede reconocer esta sucesión de la clásica vida masculina en la fase temprana en la que un hombre se quiere “divertir”.
Es la única oportunidad para él para ser egoísta y vivir según sus
propios intereses. Él necesita esta fase urgentemente para poder
reconocer sus puntos débiles y sus puntos fuertes. Él quiere descubrirse
a sí mismo, saber “quién es él”.
En esta fase, él no PUEDE comprometerse realmente con otras personas y en caso de que sí, con grandes esfuerzos.
No es que a los hombres no nos importen las últimas etapas, no
obstante, NECESITAMOS esta fase de la “total libertad“. Solo cuando se
ha pasado esta fase, se puede dedicar enteramente a la siguiente fase
“comprometedora” de su vida y también a la de amar REALMENTE a una
mujer.
Curiosamente no existe, desde el punto de vista psicológico, ninguna
edad concreta en la que se desarrollen estas fases. En algunos hombres
la “fase de libertad” se desarrolla entre los 18 y 22 años, igualmente
hay hombres en los que todavía a los 60 se ven en esta fase. La edad no
es decisiva, sino el propio proceso espiritual de madurez. Depende de
cómo un hombre ha VIVIDO las diferentes fases, él debe tener el
sentimiento, de haber sacado provecho de ellas. Solo entonces puede él
despedirse de ellas y llegar a la siguiente fase.
Por regla general se puede decir que los hombres deben tener la
sensación de “Yo estuve allí y lo hice”, solo entonces están
satisfechos. Esto podría significar, haber viajado por todo el mundo,
haber creado una empresa o haber tenido aventuras con muchas mujeres,
cualquier cosa posible.
Sea lo que sea…
Los hombres necesitan la sensación de haber desplegado sus alas y de
haber sido realmente libres, antes de eso es muy difícil que se
comprometan a obligaciones emocionales. Te puedo decir, también por mi
propia experiencia, lo siguiente: es casi imposible llevar a un hombre a
una relación a largo plazo si todavía se encuentra en la fase de la
libertad. Le gusta en realidad estar enamorado de ti, significas mucho
para él, pero no PUEDE unirse a ti a largo plazo. Y no es por TI, sino
por su propio proceso de madurez.
Entonces, si tu “Don perfecto” particular se encuentra ahora en la
fase de la temprana madurez (porque él todavía no la ha vivido
definitivamente), y te rompes la cabeza de por qué parece por un lado
que te quiere, pero por otro lado habla constantemente de “su libertad”,
entonces me gustaría darte un consejo:
ACEPTA el transcurso de las etapas de su vida. Y no luches en contra
rompiéndote la cabeza innecesariamente o enfadándote. Y sacando toda la
furia hacia él (con razón). Así NO cambiará la situación, sino todo lo
contrario. Él se distanciará cada vez más de ti.
En principio tienes dos posibilidades:
1. Buscar a un hombre que ya haya dejado su fase de la libertad atrás. A la larga esto puede hacerte feliz…
2. Convencer a tu compañero actual que también puede compartir esta libertad contigo.
2. Convencer a tu compañero actual que también puede compartir esta libertad contigo.
Te deseo todo lo mejor para tu relación y piensa siempre en esto:
Él debe estar PREPARADO realmente para una relación seria, y eso no depende de TI, sino del MOMENTO.
Saludos
Tu amigo Christian Sander