Muchas de las personas que han tenido la enorme suerte de conocer a
través de Internet a alguien afín y con el que poder compartir aficiones
e ideas, no les hace especial gracia la idea de conocer a la otra
persona cara a cara.
Éste, en realidad es un paso muy natural, pero cuando hablamos de
ciberrelaciones se convierte en algo muy peligroso, ya que sólo poseemos
cierta información del otro y tendemos a moldearla a nuestro gusto para
así fabricar la figura y forma de ser de nuestra pareja perfecta.
Los miedos iniciales
El estancamiento en esa fase intermedia, entre conocerse
personalmente y no hacerlo, en realidad no lleva a ninguna parte. Muchas
personas prefieren dejar las cosas como están por miedo a estropear el
status quo existente. No dar el paso, o darlo demasiado tarde, es
peligroso porque en el momento de la primera cita podríamos llevarnos
una enorme decepción de buenas a primeras al ver a la otra persona.
Por mucho que avancen las nuevas tecnologías, que las ciberrelaciones
se vean como algo normal y aunque seamos conscientes de que existen
historias de amor que comienzan en Internet y tienen un final feliz, los
miedos y dudas de la primera cita con un ciberamig@ no desaparecen.
El primer miedo se centra en la duda sobre si la otra persona está
siendo sincera con nosotros. Si en realidad es quién nos ha hecho creer
que es. Porque esto no es como conocer a alguien una noche, aquí
detectar una mentira es mucho más complicado.
Es lógico que no quieras pasar por una mala experiencia, pero debes
confiar un poco en la otra persona, seguro que a medida que la vayas
conociendo todo toma un rumbo más normal. Lo que debes hacer siempre que
ingresas en un chat, lógicamente, es no mentir sobre ti, ni de tu forma
física ni de ningún otro aspecto de tu vida, error en el que muchas
veces la gente cae con tal de gustarle a otra persona.
El momento de la cita
El primer encuentro de dos personas que se han conocido por Internet
no puede ser precipitado. Un consejo, primero debéis tener elegido el
lugar del encuentro de antemano, ya que sino puede que sea muy
complicado ponerse de acuerdo.
Si adelantáis el momento de conoceros corréis el riesgo de no saber
de lo que hablar, de no saber quiénes sois y por tanto pueden existir
ciertos silencios incómodos y tensión en el ambiente. Esta claro que
esto depende de la forma de ser de cada persona, pero lo mejor es
esperar hasta saber algunos detalles de la otra parte.
Ese momento, en el que empezáis a conoceros es sin duda es momento
perfecto, ya que así tendréis cierta confianza, podréis relajaros y ser
vosotros mismos, que es de lo que se trata. Así, todo fluirá de manera
muy natural y, mira, puede que de una primera cita en la que estéis
cómodos surjan más y al final el amor. ¡La esperanza es lo último que se
pierde!
Fuente: solterosenlared