Investigadores han encontrado que la oxitocina mejora las habilidades sociales de los tímidos
La timidez es un estado que complica las relaciones sociales de quien la sufre. La única solución que encuentran algunos tímidos cuando salen de fiesta es tomarse un par de copas para desinhibirse, una práctica poco saludable. Seguro que a la mayoría le gustaría que existiese una pastilla milagrosa que les hiciera más extrovertidos sin mucho esfuerzo y sin efectos secundarios...
Pues ahora, investigadores de la Facultad de Medicina Monte Sinaí han
encontrado que la oxitocina, más conocida como la «hormona del amor»,
aplicada como un spray nasal, mejora las habilidades sociales de
aquellos que se muestran menos competentes en sus relaciones.
Los responsables del estudio, publicado en la revista «Psychological Science»,
querían determinar si la oxitocina podía hacer que las personas fueran
más comprensivas con los demás. Para ello, suministraron, de manera
aleatoria, oxitocina o un placebo por vía nasal a 27 hombres sanos.
Luego, los participantes tuvieron que visualizar vídeos de personas
discutiendo sobre cuestiones emocionales de su vida, y calificar cómo
pensaban que la gente de los videos se sentía.
Los participantes que eran extrovertidos demostraron su
empatía con independencia de que hubieran recibido oxitocina o placebo,
mientras que los tímidos no tuvieron buenos resultados en el grupo
placebo y sí en el de oxitocina. De hecho, los tímidos que recibieron la
«hormona del amor» demostraron una precisión empática idéntica a la de
los participantes socialmente competentes.
«Nuestros datos muestran que la oxitocina de manera
selectiva mejora la cognición social en personas que son menos
competentes socialmente, pero tiene poco impacto en las personas
socialmente más competentes», explica la doctora Jennifer Bartz,
profesora de Psiquiatría de la Facultad de Medicina del Monte Sinaí y
autora principal del estudio.
Los autores del estudio consideran además que la
oxitocina tiene un potencial que podría aplicarse también en el
tratamiento de trastornos caracterizados por una carencia en el
funcionamiento social como el autismo.
ABC c. garrido / madrid