domingo, 23 de junio de 2013

Un spray nasal de 'hormona del amor' para combatir la timidez

Investigadores han encontrado que la oxitocina mejora las habilidades sociales de los tímidos 

La timidez es un estado que complica las relaciones sociales de quien la sufre. La única solución que encuentran algunos tímidos cuando salen de fiesta es tomarse un par de copas para desinhibirse, una práctica poco saludable. Seguro que a la mayoría le gustaría que existiese una pastilla milagrosa que les hiciera más extrovertidos sin mucho esfuerzo y sin efectos secundarios...

Pues ahora, investigadores de la Facultad de Medicina Monte Sinaí han encontrado que la oxitocina, más conocida como la «hormona del amor», aplicada como un spray nasal, mejora las habilidades sociales de aquellos que se muestran menos competentes en sus relaciones.
Los responsables del estudio, publicado en la revista «Psychological Science», querían determinar si la oxitocina podía hacer que las personas fueran más comprensivas con los demás. Para ello, suministraron, de manera aleatoria, oxitocina o un placebo por vía nasal a 27 hombres sanos. Luego, los participantes tuvieron que visualizar vídeos de personas discutiendo sobre cuestiones emocionales de su vida, y calificar cómo pensaban que la gente de los videos se sentía.
Los participantes que eran extrovertidos demostraron su empatía con independencia de que hubieran recibido oxitocina o placebo, mientras que los tímidos no tuvieron buenos resultados en el grupo placebo y sí en el de oxitocina. De hecho, los tímidos que recibieron la «hormona del amor» demostraron una precisión empática idéntica a la de los participantes socialmente competentes.
«Nuestros datos muestran que la oxitocina de manera selectiva mejora la cognición social en personas que son menos competentes socialmente, pero tiene poco impacto en las personas socialmente más competentes», explica la doctora Jennifer Bartz, profesora de Psiquiatría de la Facultad de Medicina del Monte Sinaí y autora principal del estudio.
Los autores del estudio consideran además que la oxitocina tiene un potencial que podría aplicarse también en el tratamiento de trastornos caracterizados por una carencia en el funcionamiento social como el autismo.
ABC c. garrido / madrid