martes, 11 de junio de 2013

Los hombres no solo piensan en sexo: comer y dormir también les importa

Esta es la noticia que muchos querían leer, y pocas terminan de creerse. "Los hombres no piensan en sexo una vez cada siete segundos, tan solo lo hacen unas 19 veces al día". Esta es la conclusión más importante a la que ha llegado un estudio que se publicará en enero en la revista Journal of Sex Research y que echa por tierra la idea de que ellos se pasan las 24 horas pensando 'en lo mismo'. 

Pensar en algo relacionado con el sexo cada siete segundos equivale a hacerlo unas 12.350 veces al día, aproximadamente en 8.000 ocasiones si descontamos el tiempo que pasan durmiendo (no tenemos en cuenta los tipos de sueño de cada uno).

Pero no es así, ellos tenían razón cuando aseguraban que no solo piensan en sexo, ni mucho menos lo hacen de forma continua: según el estudio en cuestión, el sexo no ocupa su pensamiento ni siquiera una vez cada hora, tan solo 19 veces al día. Eso sí, lo que no pueden negar es que piensan en 'eso' casi el doble que nosotras, que lo hacemos hasta en 10 ocasiones cada jornada.

No solo en sexo piensa el hombre...


Ni mucho menos. 'Pensar en lo único', como muchos dicen, ya no es una realidad masculina. Y no, no es el fútbol o los coches lo siguiente que ocupa sus pensamientos cuando el sexo queda en un segundo plano, sino otras necesidades mucho más básicas como lo son comer y dormir...

En esto, sin embargo, también nos ganan. En abc.es aseguran, basándose en el estudio de Journal of Sex Research, que  "ellos también piensan más veces que ellas en comida (18 veces al día contra 15), y en dormir (11 veces contra 8)". 
Un estudio curioso

Los resultados no son lo único que resulta curioso en este 'revelador' estudio que contó con la colaboración de estudiantes de entre 18 y 25 años, tanto hombres como mujeres, la mayoría de ellos autodefinidos como heterosexuales. Lo que más llama la atención es el método usado para contabilizar los resultados...

Cada uno de los participantes tenía que llevar un pequeño contador que tenían que pulsar cada vez que un pensamiento de la categoría asignada (sexo, comida o sueño) apareciera por su cabeza.

No sabemos en qué ambientes se moverían los jóvenes, pero ¿os imagináis qué ritmo más frenético tomarían los 'aparatitos' en cuestión dependiendo de si estaban en clase a primera hora del lunes, en una fiesta un sábado por la noche, o en la fila del comedor en hora punta?
Mujerhoy.com