domingo, 9 de junio de 2013

¿Qué nota sacas en salud sexual?

En cuestiones de salud sexual las mujeres, en general, aprobamos, mientras que nuestros compañeros masculinos todavía tienen un par de lecciones que aprender... y eso, a la larga, nos afecta, porque si ellos no están sanos, nosotras tampoco. “Las mujeres son más conscientes de los riesgos que corren y se protegen más. Aunque eso no quiere decir que no haya casos que nos llamen mucho la atención, como el de las adolescentes, chicas por debajo de los 16 años que te sorprenden en la consulta porque llegan con enfermedades de transmisión sexual (ETS) por no haber utilizado los métodos adecuados de protección o porque han recibido una mala información sobre cómo protegerse”, explica la dermatóloga Cristina Villegas. ¿Cómo solucionar este problema? Por un lado sabiendo cuándo protegerse y por otro hablando, hablando y hablando con nuestro futuro “compañero de juegos”. 
Si preguntamos a los especialistas que se enfrentan día tras día a nuestros problemas de salud sexual ellos tienen muy claro cuándo estamos cruzando el límite y hemos mantenido una relación sexual de riesgo (de esas que te dan un disgusto en forma de infección): una relación sexual de riesgo es toda aquella en la que desconocemos la historia sexual (si ha tenido relaciones sin protección, si ha sufrido alguna vez una ETS) de nuestro “partenaire”. Y debemos incluir entre esas conductas de riesgo el realizar sexo oral sin protección. Si alguna de nuestra relaciones cumple este esquema y ahora sufrimos síntomas como picor en los genitales, secreción vaginal anómala, dolor o aparición de cualquier pequeña herida o erosión... ha llegado la hora de consultar con el especialista. ¿Quieres saber a lo que te enfrentas?
LAS MÁS FRECUENTES
  • Virus del papiloma humano (Papovavirus): el tristemente famoso VPH es el responsable de la enfermedad que más miedo da hoy en día, el cáncer.
  • El problema: en ocasiones en complicado para una mujer si ha sido contagiada por este virus. ¿Por qué?  Existen varios serotipos de VPH, unos producen verrugas genitales (condilomas) en los genitales y eso hace que mujer acuda a cosulta. El problema surge cuando no hay afectación visible, pero el virus sí a llegado hasta el cuello del útero (que por motivos obvios, no podemos ver). Algunos de los serotipos que se instalan en el cérvix (no todos, pero sí algunos), son capaces de propiciar la formación de alteraciones en el epitelio de la mucosa del cuello del útero y favorecer la aparición de neoplasias que puede derivar en cáncer. 
  • ¿Qué hacer? Las niñas menores de 14 años que no han tenido todavía relaciones sexuales de los serotipos más frecuentes relacionados con el cáncer pueden evitar de alguna manera la infección por estos virus gracias a la vacuna. Las adultas (o las menores que sí hayan tenido relaciones) deben recurri a otros métodos. “Lo más importante es la prevención. Si no conocemos el historial sexual de nuestra pareja necesitamos una una protección activa, y para ello el preservativo es fundamental”, explica la doctora Villegas. Realizarse una citología anual para comprobar que no hay alteración celular del cuello del útero, y si la hay, actuar antes de que sea una displasia grave.
  • Herpes genital. En la mujer, si nunca ha tenido herpes genital y es la primera infección que presenta, suele descubrir que ha sido contagiada porque presenta un cuadro de quemazón (especialmente al orinar), ardor e incluso dolor (además, se suele inflamar un ganglio inguinal) en la zona genital. Además, se aprecia una lesión erosiva que, en realidad, son varias pequeñas erosiones juntas con forma de racimo de uva.
  • El problema: algunos de los pacientes que sufren un herpes genital (no todos, pero sí algunos) lo sufren de forma recidivante, es decir, después del primer brote el problema se cronifica y cada cierto tiempo el herpes se vuelve a activar, por ejemplo cada mes, coincidiendo con la menstruación o cuando sufren un proceso catarral... Entonces hay que poner una terapia preventiva para evitar esas recidivas, pero no es siempre eficaz. Además, para las mujeres existe una complicación extra y es que si queda embarzada, y durante el parto tiene un herpes genital activo, no puede tener el parto vía vaginal, habría que hacerle cesárea o contaminaría  al bebé.
  • ¿Qué hacer? Un paciente con herpes genital siempre será un paciente contagioso... recuérdalo y habla con tu pareja si alguna vez has sido infectada. Y si planeas quedarte embarazada, dile al ginecólogo que tienes el virus, así podrá prescribirte un tratamiento profiláctico para intentar evitar la cesárea.
  • Candidiasis. Se considera una ETS porque, en realidad, es un problema de dos. La candida (la candida albicans es la más común) es una levadura que vive con nosotros de forma natural, tanto en hombres como en mujeres, sin causar ningún problema. Pero en determinadas circunstancias, como una bajada de defensas o en el periodo premenstrua, o cuando se han tomado antiobióticos potentes puede pasar a convertirse en un patógeno y dar guerra en forma de picor intenso, enrojecimiento de los genitales y flujo blanquecino.
  • El problema: desde que la candida se vuelve activa hasta que empieza a generar un picor tan intenso como para acudir al médico a consultar pueden pasar de dos a tres semanas. Durante ese tiempo hemos podido contagiar a nuestra pareja (o nuestra pareja a nosotros). Ahora bien, si nos tratamos la infección, pero nuestra pareja continúa con la candida activa... nos reinfectaremos. Por eso es una ETS, porque hay que tratar a los dos implicados en la relación, sea cual sea el que haya empezado a sufrir los síntomas.
  • ¿Qué hacer? La prevención es la mejor medicina. Para no ayudar a que la candida prolifere hay que seguir una serie de medidas como son no pasarnos con la higiene en esta zona de nuestra anatomía (las mujeres a veces pecamos de exceso de limpieza), usar un jabón adecuado, eliminarlo bien durante la ducha diaria, secarnos sin frotar y consumir preparados con lactobacilos si vamos a tomar antibióticos. ¿Y si ya ha hecho acto de aparición? “Antes, cuando había mucha sintomatología, recetábamos más tratamiento oral. Hoy optamos más por el tratamiento tópico y local con antimicóticos durante una semana”, explica la doctora. 

LAS QUE HAN VUELTO
  • Sífilis: “Estamos empezando a volver a verla otra vez en la consulta. ¿El motivo? Hay una relajación importante en las costumbres sexuales y además la gente se ha confiado, piensan que este tipo de enfermedades ya no existen. Otro problema es que la gente asocia la protección sexual con usar preservativo durante la penetración y se olvidan que más formas de sexo, como el sexo oral, que se realiza de forma completamente desprotegida. Por ello estamos viendo afectaciones de sífilis en la boca”, explica la dr.a Villegas.
  • El problema: como la gente no piensa que pueda tener sífilis, porque ha usado preservativo, y la primera afectación que se ve de esta enfermedad es una ulcerita pequeña e indolora, normalmente no consulta en este estadío de la enfermedad, cuando es más sencillo curarla. Si no se trata esa sífilis primaria la bacteria se replica y se produce lo que llamamos infección secundaria, que es bastante más difícil de diagnosticar, porque se  puede presentar de muchísimas maneras. Lo más frecuente es que aparezca una erupción cutánea de manchas de color rojo en las palmas de las manos y las plantas de los pies y, en ese caso, si el médico hace el diagnóstico correcto pues se cura fácilmente con antibióticos. 
  • ¿Qué hacer? Protégete siempre y hagas lo que hagas. Y ante la duda, consulta. Si la sífilis llega a su tercer estadío, es mucho más grave y dificíl de tratar, de hecho, a veces no se puede tratar correctamente y puede ser mortal. 
  • Sarna: “Es otra de las infecciones que la gente ni piensa que pueda tener”, explica la experta. La sarna está provocada por un pequeño ácaro que puede pasar de un apiel infectada a otra. Ese contagio se puede producir como ETS o por estar en contacto íntimo con una persona que la sufre, por ejemplo, una madre se la puede contagiar a su hijo porque le toca, le mete dentro de su cama... por lo tanto no es imprescindible tener una relación sexual para contraerla, pero, por supuesto, a través de la relación sexual se contagia.
  • El problema: el síntoma de la sarna es un picor exageradísimo, de preferencia nocturna, que afecta del cuello a los pies, pero raramente afecta a la cabeza. La  mayoría de la gente piensa al sufrirlo que tiene alergia, pero los antihistamínicos habituales no lo calman. El tratamiento correcto es una crema: la permetrina.
  • ¿Qué hacer? Piensa que también te puede pasar a ti. Y si vas a un hostal y las sábanas tienen un aspecto dudoso... no duermas allí.  

Mujerhoy.com